Arabia Saudí ha anunciado la creación en las últimas 72 horas de una coalición antiterrorista contra el ISIS y "todos los grupos armados". La iniciativa choca con sus acciones sobre el terreno en Siria
Coalición antiterrorista integrada por 34 países islámicos. Arabia Saudí ha anunciado la creación en las últimas 72 horas de una coalición militar de 34 estados para combatir el terrorismo que cuenta con el apoyo de otros diez, entre ellos Indonesia, y que tendrá su centro de operaciones conjuntas en Riad. Según informó la madrugada del martes la agencia saudí (SPA), el objetivo de la alianza islámica no es combatir únicamente al Estado Islámico, también protegerse "de los males de todos los grupos armados y organizaciones terroristas -cualquiera que sea su doctrina o título- que extendió las matanzas y la corrupción en el mundo y están diseñados para aterrorizar a los inocentes". Para ello, Riad compartirá información, entrenará, equipará ysuministrará fuerzas si es necesario en la lucha contra Daesh.
El propósito de esta coalición, que liderará Riad, es "cerrar filas y unir esfuerzos para combatir el terrorismo" en todas sus formas y manifestaciones y laeliminación de sus objetivos y sus causas. Desde Riad se coordinarán y apoyarán las operaciones militares para combatir el terrorismo y para desarrollar los programas y mecanismos necesarios para apoyar estos esfuerzos. Las decisiones se adoptarán en coordinación con "naciones amigas amantes de la paz" y los organismos internacionales "en aras de apoyar los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo y para salvar la paz y la seguridad internacionales", añade un comunicado emitido por el Gobierno saudí.
El ministro de Defensa de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, ha anunciado que "habrá coordinación internacional con las grandes potencias y las organizaciones internacionales (...) en términos de las operaciones en Siria e Irak", ha apuntado. "No podemos llevar a cabo estas operaciones sin coordinarnos con legitimidad con la comunidad internacional", ha agregado. Será la tercera coalición con aviones de combate sobrevolando Siria: se suma a la liderada por Estados Unidos -formada por países árabes y occidentales- que desde verano de 2014 opera contra el Estado Islámico, así como a la campaña de bombardeos iniciada el 30 de septiembre por Rusia en suelo sirio.
La iniciativa y las buenas palabras de Riad chocan frontalmente con el apoyo financiero y militar que ha prestado a grupos de corte salafista-yihadistainmersos en la guerra civil siria, como el Frente al Nusra (filial de Al Qaeda en el país) o Ahrar al Sham. Estas dos facciones, que también reciben asistencia deTurquía y Qatar, son precisamente las organizaciones más poderosas actualmente en el frente de batalla. Arabia Saudí ha llegado incluso a reconocer que coordina operaciones militares con ellas. ¿Por qué? La clave es la guerra fría a nivel regional que Arabia Saudí, potencia suní, libra contra Irán, la potencia chií, principal apoyo junto con Rusia del régimen de Bashar al Assad.
Precisamente la semana pasada las diversas fuerzas de la oposición siria se reunieron en Riad con el objetivo de formar un frente común contra Assad. La meta: crear una plataforma política que sea una referencia para las negociaciones de paz y formar un bloque fuerte que presiona por la salida del dictador en una hipotética transición, tal y como publicó este diario. Quince representantes de distintas milicias asistieron a los encuentros en Riad, incluidas Ahrar al Sham, Yaish al Islam, el Frente del Sur y las facciones del Ejército Libre Sirio -la otrora oposición "moderada"- de varias ciudades. Los primeros eran considerados hace menos de un año grupos yihadistas radicales con los que no se podía negociar. Y, aunque Ahrar al Sham ha moderado su discurso, su ideología muyahidín apuesta por una Siria salafista.
El tira y afloja en dichas conversaciones ha versado sobre los grupos que serán incluidos en una lista de organizaciones terroristas que luchan en Siria. Un ejemplo es el caso de Hezbolá, la milicia chií libanesa que combate contra los enemigos de Assad (es decir, los peones de Riad en el tablero sirio), que recibe armas y apoyo financiero de Irán y que está considerada organización terrorista por la Unión Europea y EEUU. Los aliados de Assad, Moscú y Teherán, quieren incluir en la lista a Ahrar al Sham o al Frente al Nusra. En el bando contrario, se exige que, a cambio, se incluya a Hezbolá.
¿Tropas sobre el terreno?
"Nada está fuera de la mesa", ha señalado en París el ministro de Exteriores saudí, Adel al Jubeir, al ser preguntado sobre si la iniciativa podría incluir el despliegue de tropas sobre el terreno. La alianza antiterrorista islámica anunciada por Arabia Saudí compartirá información y entrenará, equipará y suministrará fuerzas si es necesario para la lucha contra Estado Islámico.
Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, ha considerado que la formación de esta alianza está en línea con los llamamientos por parte de Estados Unidos a una mayor implicación por parte de los países suníes en la lucha contra organizaciones terroristas como Estado Islámico. "Estamos deseando saber más sobre lo que Arabia Saudí tiene en mente en términos de esta coalición", ha comentado Carter a la prensa en Incirlik, Turquía. "Pero en general parece que está muy en línea con algo que hemos estado reclamando desde hace bastante tiempo, que es una mayor implicación en la campaña para combatir a Estado Islámico por parte de los países suníes", ha añadido.
Turquía, Qatar, Túnez, Marruecos...
Los 34 gobiernos basan su coalición en los principios y objetivos de la Carta de la Organización de Cooperación Islámica, "que llama a los Estados miembros a cooperar para combatir el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y rechaza todas las justificaciones y excusas para el terrorismo". Además, se apoyan en las disposiciones contenidas en la Carta de las Naciones Unidas y otras convenciones internacionales encaminadas a la erradicación del terrorismo.
Los países que participan en la alianza, además de Arabia Saudí, son: Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Bahrein, Bangladesh, Benin, Turquía, Chad, Togo, Túnez, Yibuti, Senegal, Sudán, Sierra Leona, Somalia, Gabón, Guinea, Palestina, Comoros, Qatar, Costa de Marfil, Kuwait, Líbano, Libia, Maldivas, Malí, Malasia, Egipto, Marruecos, Mauritania, Níger, Nigeria, Yemen. Otros diez países islámicos han expresado su apoyo a esta alianza y tomará las medidas necesarias al respecto, entre ellos Indonesia, agrega el comunicado.
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