“Quienes han ofrecido tales sacrificios no se retirarán” afirma el secretario general de la Asociación Nacional Islámica, Sheij Ali Salman, en una entrevista especial con el canal Al Manar en el segundo aniversario del inicio de la revolución popular en el país.
1: En el segundo aniversario de la revolución, el pueblo de Bahrein sacrificó tres mártires más. ¿En qué lugar queda el diálogo después de esos hechos?
Nosotros, las fuerzas políticas de la oposición, somos serios en lo que respecta a aprovechar cualquier oportunidad para la negociación y el diálogo con el fin de hallar una salida real a la crisis. Sin embargo, los mártires que fallecen y el creciente número de víctimas de la violencia oficial pone de manifiesto la falta de seriedad del régimen con respecto al diálogo. Los indicadores muestran que prevalece una actitud contraria al diálogo y al fin de la crisis a través de una solución que sea convincente para la población y satisfaga sus expectativas.
Las fuerzas de la oposición nacional y democrática están buscando una solución permanente e inclusiva que logre una igualdad, justicia y democracia para los ciudadanos y no acuerdos vacíos de contenido.
2: La oposición de Bahrein ha puesto nueve condiciones para participar en el diálogo. Entre ellas estaba el que el régimen de Bahrein debe ser una parte fundamental en el diálogo en lugar de sólo un mero espónsor. ¿Cuál es la respuesta del régimen a estos puntos?
Las primeras sesiones de estos encuentros están todavía discutiendo estos puntos sin que se haya alcanzado ningún acuerdo debido a la inflexibilidad de la parte oficial.
3: Vd. ha realizado recientemente visitas a Egipto y Rusia. ¿Cómo evalúa tales visitas y cómo ellas benefician a una solución al tema de Bahrein? ¿Ha notado simpatía y comprensión hacia las demandas del pueblo de Bahrein?
La oposición nacional democrática está trabajando para comunicarse con diferentes partes internacionales que puedan desempeñar un papel efectivo en el tema de Bahrein.
4: Algunos dirían que cualquier solución a la crisis de Bahrein está ligada a los acontecimientos en Siria. ¿Que hay de cierto en este enfoque? ¿Cree que cualquier solución en Bahrein precisa de un patrocinio internacional?
Sheij Salman: Los dos asuntos no están relacionados. No sabemos si alguna parte internacional ha vinculado los dos temas. Es falso que nuestra revolución y su éxito dependan enteramente de un factor regional, especialmente el sirio. Nosotros aconsejamos al régimen que no espere que el pueblo de Bahrein vaya a frenar sus demandas debido a un factor regional o internacional.
5: En su discurso, la oposición de Bahrein siempre diferencia entre un grupo extremista de miembros de la familia real y otro grupo más moderado. Hasta el momento, los manifestantes son tratados de forma extrema. Entonces ¿dónde está el ala moderada? ¿Por qué ha sido excluida del escenario político?
En lo que respecta los miembros del así llamada “ala moderado dentro del régimen, ellos ostentan la responsabilidad de rendirse ante las exigencias de los grupos más extremistas. La mayoría de los bahreiníes los ven como socios del ala extremista en lo que respecta a oprimir al pueblo. Lo que ellos dicen sobre las reformas es sólo para ser vendido a nivel de la comunidad internacional.
6: Dentro de la escalada de la crisis en Bahrein, la calle en ese país se ha divido entre los que piden reformas dentro del régimen y otros que exigen su derrocamiento. ¿Cree que esta diferencia de puntos de vista perjudica a la oposición?
Sheij Salman: El estado que estamos buscando y que el pueblo de Bahrein ha intentado conseguir desde el 14 de febrero de 2011 es un estado que respete a los ciudadanos. La revolución en Bahrein plantea demandas que fueron logradas en muchas naciones civilizadas hace dos siglos y medio, y en otros países hace unas décadas.
La demanda de la oposición es reformar el régimen más que derribarlo. Reformar el régimen para convertirlo en uno democrático que acepte el principio de que “el pueblo es la fuente de toda autoridad”.
En lo que respecta a las demandas de algunos miembros de la oposición de derribar al régimen, cabe señalar que sus demandas no constituyen una excusa legal para detenerles, como en realidad viene sucediendo. Por esta razón, se les considera presos de conciencia. Es ilegal negar a cualquier persona el derecho a expresar su opinión, así como someter a alguien a torturas. Una fuente médica que ha examinado a estos presos señaló que ellos, en efecto, han estado sometidos a tortura. Nosotros defendemos su libertad de expresión, incluso aunque no estemos de acuerdo con todos sus puntos de vista políticos.
7: Vds. insisten en que el pueblo tiene que dar su conformidad a un acuerdo.
Sheij Salman: En lo que respecta a una solución política, la decisión popular es la que da legitimidad a la misma. De otro modo, un acuerdo o solución no tendría legitimidad porque el pueblo es la fuente del poder y legitimidad. Además, la historia del régimen de Bahrein está llena de maniobras y engaños. Hoy no queremos repetir ese escenario. Cualquier solución política debe tener una ratificación popular.
La solución, desde luego, pasa por un acuerdo permanente que establezca la igualdad entre todos los bahreiníes y que no permita la vuelta a un esquema represivo. Un acuerdo así conllevará una estabilidad y permitirá al país hacer frente a los desafíos económicos y sociales.
8: Vd. afirmó en una entrevista anterior que las demandas populares serán logradas más pronto o más tarde. ¿Qué le hace estar seguro de eso?
Sheij Salman: Los pueblos son más fuertes que los tiranos y los regímenes no pueden derrotar a los pueblos. El poder no tiene más opción que responder a las demandas populares. La opción de la represión no frenará las demandas populares. De este modo, las demandas nacionales planteadas en Bahrein deben ser satisfechas. Ellas son demandas que buscan conseguir para los bahreiníes el estilo de vida normal que la mayoría del resto de los pueblos disfruta.
Cabe señalar que en la conmemoración del segundo aniversario del levantamiento de Bahrein, el número de participantes en las protestas pacíficas se incrementó en comparación con el aniversario anterior. Esto indica que el pueblo no acepta retirarse ni rendirse. Los bahreiníes están dispuestos a sacrificar más con el fin de lograr una libertad e igualdad real y un estado democrático.
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