La región semiautónoma del Kurdistán de Irak y el tema de su independencia ha sido, durante décadas, una de las cuestiones complicadas del Oeste de Asia.
El Parlamento de la región del Kurdistán iraquí fijó para el próximo 25 de septiembre un referéndum de independencia de Irak.
En este artículo estudiamos los desafíos por delante de la independencia de esta región, además de analizar los motivos de la oposición de las potencias regionales a esta medida.
Kurdistán de Irak
Esta región limita con Irán al este, Turquía al norte, Siria al oeste y con el resto de Irak al sur. La invasión de Irak en 2003 por una coalición encabezada por Estados Unidos y los subsiguientes cambios políticos en el Irak después de Sadam Husein, el exdictador iraquí, dieron lugar a la ratificación de la nueva constitución iraquí en 2005. La nueva Constitución iraquí establece que el Kurdistán iraquí es una entidad federativa reconocida por Irak y por las Naciones Unidas.
Actualmente su autoridad recae sobre las provincias de Erbil, Dahuk y Sulaymaniyah, así como la autoridad de facto sobre más de la mitad de Kirkuk (al-Ta'mim) y partes de las provincias de Diyala, Salah ad-Din y Nínive.
Desde 2005, esta región ha intentado a conseguir su independencia como un país soberano, algo que no se materializó. Sin embargo, las actividades de terroristas Daesh en Irak y la ocupación de los territorios occidentales iraquíes motivaron la cooperación entre el gobierno central y la región semiautónoma del Kurdistán para combatir el terrorismo. Dicha colaboración y el rol importante y eficaz de los kurdos en hacerles retroceder a los terroristas, le dio a Kurdistán iraquí la motivación de buscar su independencia.
En estas circunstancias, el Parlamento de esta región aprobó la celebración de un plebiscito separatista. La medida recibió la luz verde después de las reuniones del presidente Masud Barzani con los grupos políticos kurdos.
Si bien, la implementación del referéndum y una posible victoria del Sí no suponen la independencia de esta región, podría considerarse como un documento fiable para las autoridades kurdas con el fin de pedir la formación de un país soberano más tarde y un tiempo oportuno.
No obstante, hay que señalar que las autoridades kurdas para llevar a cabo este plebiscito necesitan el apoyo de tres grupos: partidos kurdos, el gobierno central, los vecinos y potencias mundiales. Algo que de momento y teniendo en cuenta las circunstancias actuales, parece poco probable.
Los retos por delante del referéndum
A nivel local, parece que Barzani no tiene ningún problema para la celebración del plebiscito ya que ha atraído el apoyo de la mayoría de los partidos kurdos, pese a algunas discrepancias que existe entre ellos y Barzani.
No obstante, a nivel nacional, existen problemas. Teniendo en cuenta el sistema federal del país y que sobre cosas como la celebración de un referéndum tiene que haber la luz verde del gobierno central, Barzani tendrá desafíos importantes.
La nueva Constitución iraquí aprobada en 2005, enfatiza preservar la integridad territorial del país, mientras, la independencia de la región de Kurdistán significa la división de Irak y la reducción de este país limita su rol en los asuntos regionales. Razón por la cual, pese a la aprobación del parlamento regional, Bagdad se opondrá a esta iniciativa, tal como lo han declarado en reiteradas ocasiones las autoridades iraquíes.
Pero los retos no se limitan al gobierno central, sino también a nivel regional e internacional. Si bien, el tema de la realización del plebiscito del Kurdistán de Irak es un tema local, la cuestión de los kurdos es un tema internacional desde el inicio de la Primera Guerra Mundial.
En primer lugar, los vecinos de Irak, es decir, Irán y Turquía que cuentan con población kurda dentro de sus territorios, se oponen contundentemente a esta medida. Y esto significa que incluso de ser independizada la región de Kurdistán iraquí ellos no podrían mantener relaciones comerciales, militares ni políticas por estar rodeado por estos dos países y el mismo Irak.
Además, un supuesto inicio del proceso de la independencia de la región mencionada, afectaría la integridad territorial de Turquía e Irán, al provocar a los kurdos residentes en estos dos países a conseguir lo mismo. Algo que de ser materializado intensificaría el caos y la tensión en el Oeste de Asia mientras todavía sigue vigente la amenaza de Daesh y el extremismo.
En este sentido, el portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, advirtió: “adoptar decisiones unilaterales y contrarias a la Constitución en la actual coyuntura, es decir, cuando Irak atraviesa una compleja situación y es blanco de esfuerzos malévolos para prolongar la inestabilidad en su suelo, solo multiplicaría los problemas”.
Una realidad que también motivó a las potencias mundiales como Rusia, EEUU y los países europeos reaccionar al respecto y que consideren inoportuna tal separación.
Con todo lo expuesto se puede decir que la celebración del referéndum independentista de los kurdos iraquíes no es algo para nada fácil teniendo en cuenta la oposición interna y externa a tal medida que contribuiría a una mayor inestabilidad tanto en Irak como en Oeste de Asia.
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