El 27 de enero de 1945 fue liberado por el Ejército Rojo el campo de concentración de Auschwitz, cuya historia nunca ha causado desacuerdos o discusiones hasta que la semana pasada el canciller polaco, Grzegorz Schetuna, declarara que Auschwitz fue liberado por los ucranianos desatando una gran polémica. Lo más correcto sería hacer la vista gorda a esta declaración o atribuirla a la falta de conocimientos históricos siempre y cuando la historia no doliera tanto.
Según documentos desclasificados, a principios de 1943 el 64,6% del personal de las divisiones de fusileros soviéticos eran rusos, el 11,8% eran ucranianos. En 1944, cuando la mayor parte de la República Socialista Soviética de Ucrania fue liberada, el porcentaje cambió un poco: había un 58,3% de rusos y un 22,2% de ucranianos. En general, si hablamos de las bajas entre diferentes nacionalidades, se trata del 66,4% de rusos y un 15,9% de ucranianos.
Los rusos fueron el único pueblo entre los principales de la URSS, donde la proporción de los soldados fallecidos fue significativamente mayor que la proporción del grupo étnico en la población de la URSS. Pues, según un censo, la población de los rusos en 1939 ascendía a 99.591.520 de personas (el 58,39% de la población de la URSS), mientras que el porcentaje de los rusos fallecidos asciende al 66,40% de un número total de los soldados soviéticos fallecidos.
Las cifras hablan por sí mismas: más de la mitad del Ejército Rojo estaba compuesto por rusos, mientras que los ucranianos llegaban a una cuarta parte. De ninguna manera quiero disminuir el papel de los ucranianos en la lucha contra el fascismo, solo quiero enfatizar que en aquel entonces se trataba de una invencible amistad de los pueblos, cuando codo a codo los rusos luchaban junto con ucranianos, bielorrusos, armenios, georgianos, kazajos, uzbekos y decenas de otros pueblos. Parece que de lo que se olvida el ministro polaco es el hecho de que durante la Segunda Guerra Mundial miles de ucranianos formaron parte del Ejército Insurgente Ucraniano que colaboraba con los fascistas alemanes y que exterminó a centenares de miles de polacos.
“Polonia ha olvidado muchas cosas”.
Cuando el 27 de enero de 1945 los soldados del Ejército Rojo entraron en Auschwitz, Iván Martýnuskin fue uno de los primeros que vio el infierno que representaba el campo de concentración.”Ellos vivían en un infierno, bajo la amenaza constante de la muerte.Estaban cansados, agotados. Pero en sus ojos se veía una alegría. La alegría de la liberación, la alegría de que ese infierno había terminado”, recuerda el veterano.
“Cuando vimos hornos, el primer pensamiento fue que era un crematorio. Que la gente se moría, y en lugar de enterrar los cuerpos, los quemaban. Nunca se nos habría ocurrido que los hornos fueron construidos para matar a la gente. Era parte de la destrucción sistemática”, agrega.
Leonti Brant, unos de los libertadores del campo de concentración, relata: “Había un montón de plantas de zapatos de soldados, de zapatos masculinos y de botas femeninas, así como de zapatillas infantiles. Había un montón de pelo, sobre todo de mujeres. Los sacos estaban llenos de piel humana”.
El veterano Mijaíl Kabanov también fun uno de los libertadores de Auschwitz. “¡Qué asco!”,comentó sobre las palabras del ministro polaco. “Es un verdadero insulto“, enfatizó. El veterano explica que el primer frente ucraniano que entró en el campo de concentración fue una unidad militar del Ejército Rojo y que al principio se llamaba Frente de Vorónezh, luego Frente de Briansk y recién luego Frente Ucraniano. “Por supuesto, había ucranianos también, luchábamos todos juntos. Los polacos han olvidado muchas cosas. Han olvidado que 600.000 ciudadanos soviéticos murieron durante la liberación de Polonia de los nazis“, agrega.
Campo de la muerte.
Auschwitz es el lugar donde fueron cometidos más asesinatos en masa en la historia de la humanidad. Según diferentes fuentes, en Auschwitz han muerto de 1 millón a 4 millones de personas. Los prisioneros fueron asesinados en los crematorios, fallecieron debido a las condiciones inhumanas de trabajo, hambre, frío, epidemias o experimentos médicos.
De 1.300.000 de los reclusos de Auschwitz casi 234.000 eran niños. El día de la liberación del campo de concentración quedaban sólo 611 niños. El destino de todos los recién nacidos era trágico: los ahogaban y tiraban sus cuerpos a la calle.
En el momento de la liberación del campo de concentración, además de los niños, ahí se encontraban sólo 2.500 adultos. Pero ahora para algunos políticos es, al parecer, más importante atribuir la contribución de la hazaña más a unos que a otros en vez de honrar la memoria de las víctimas y decir mil gracias a los pocos veteranos del Ejército Rojo que están vivos. Lamentablemente, algunos, en busca de la defensa de sus ideales políticos, optan por ‘pisar’ los corazones valientes de los soldados abriendo las heridas aún no cicatrizados de la historia.
Fuente:actualidad.rt.com
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